La salud de nuestras mascotas es un tema que no debe tomarse a la ligera. Perros y gatos requieren cuidados médicos regulares que van más allá de la alimentación y el cariño.
Un chequeo veterinario oportuno puede marcar la diferencia entre un tratamiento efectivo o una enfermedad avanzada. Estos chequeos deben adaptarse a la edad, raza y estilo de vida de la mascota. Los cachorros, por ejemplo, deben comenzar su control médico entre las 7 y 9 semanas de vida, coincidiendo con la aplicación de sus primeras vacunas y el inicio de la desparasitación.
En el caso de los perros adultos, una visita anual al veterinario es indispensable. En México, la única vacuna que el gobierno aplica de forma gratuita es la antirrábica; sin embargo, existen otras fundamentales como la del parvovirus y el complejo respiratorio.
Cualquier cambio en el comportamiento o condición física de nuestra mascota es motivo para acudir al veterinario. Síntomas como vómito, diarrea, letargo, movimientos inusuales de la cabeza o lamidos excesivos pueden ser señales de problemas de salud subyacentes.
El envejecimiento de las mascotas también requiere ajustes en la frecuencia y el tipo de chequeos médicos. Los perros de razas grandes comienzan a considerarse geriátricos a partir de los 6 o 7 años, mientras que los de razas pequeñas alcanzan esta etapa alrededor de los 9 años.
Entre las enfermedades más comunes en gatos mayores se encuentran la insuficiencia renal, el hipertiroidismo y la diabetes, por lo que es fundamental realizar análisis periódicos de sangre y orina para un diagnóstico temprano.
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